sábado, 8 de diciembre de 2012

Veinticuatro espacios



Tantos días, tantos caminos, tantas emociones
tanta gente, tantos gestos, tantas sonrisas
tantos contrastes, tantas cuerdas, tantas noches
tantos sabores, tantas muertes, tantas sábanas
tantas micros, tantas hojas, tantos lápices

Tantas experiencias
Santos remedios
y que te los cuenten comadre.

No fue si no ayer cuando hice una introspección sobre lo que me ocurre hoy por hoy, y es chistoso porque después de tanto tiempo ocupado haciendo miles de cosas, porfin tengo tiempo absoluto de ocio, y se siente tan extraño que me siento obligado a escribir algo para seguir creyendo que mi tiempo vale de algo.

Mientras hacía los ensayos de matemática hasta bien pasadas las 2am, me di cuenta que soy un hueon super sentimental, pero que siempre lo he reprimido hasta el mínimo. Bien recuerdo que desde los 14 años, que fue masomenos cuando empecé a mostrar mi lado mas frío, mi madre me preguntaba casi todos los días después de llegar del colegio que si me pasaba algo, si me sentía mal, y yo siempre le aseguraba que no ocurría nada. Ella decía que yo ya no era el mismo, y eso siempre nos afectó, pero no me interesó en lo absoluto.
A medida que fui creciendo, empecé a ablandarme, a ser el Álvaro en esencia, pero que siempre estuvo bajo una manta de problemas innecesarios y mala onda que me hacían hundirme en mi propia mierda. fue en el transcurso de este año cuando las cosas florecieron, y agradezco tanto que se hayan dado una serie de sucesos que me hicieron escapar de una crisis que venía arrastrando desde chico. uno de esos sucesos milagrosos vino desde mi propia cabeza, otro suceso importante de este año tiene nombre y apellido (y unos hermosos ojos cafés).
Pero aún así, a muy poca gente le he entregado una sonrisa sincera, que salga realmente desde mi alma (no se preocupe, usted sabrá si mis sonrisas hacia usted fueron reales!)y creo que eso nunca cambiará, porque mis gustos y percepciones del mundo seguirán siendo las mismas.

terminaré esta entrada con 2 frases/poemas de Galeano muy breves, que quedarían bastante Ad hoc para estos días.

Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres.


Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.


Buenas noches!

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