lunes, 15 de abril de 2013

¡Mi código está arruinado!

Dijo napoleón cuando los académicos empezaron a llenar de subjetividades el texto que reflejaba la perfección, solidez y grandeza de Bonaparte.
Pero solo fue un susto, el derecho civil se mantuvo estable gracias a la rápida gestión de los juristas para limpiar el código.

No es esto lo mismo que me ocurre hoy?
Podrían ser mis profesores los jurisconsultos en mi código sucio y de malas prácticas adquiridas?
Apostaría a que sí.



No hay nada más hermoso que ver las costas porteñas a las 7:45 todas las mañanas, rodeado con el mejor tipo de gente que una región podría pedir (aún no me creo que una abuelita me haya hecho sentar en el metro! en que clase de sub-mundo viciado viví la mitad de mi vida!)


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