lunes, 29 de septiembre de 2014

Finales de Septiembre

Marzo y Septiembre son los meses que más detesto (los nombres de los meses en mayúscula porque les debo cierto respeto). Está demás decir el por qué me carga Marzo ¿pero Septiembre? Septiembre ha sido en mi vida el equivalente de sacarse un rojo cuando estudiaste mucho para una prueba, el equivalente de despertar una mañana desorientado y darte cuenta que aún estás en educación media y son las 7:20am un lunes, el equivalente de que el agua se ponga fría mientras te duchas teniendo jabón en toda la cara y ojos, el equivalente de tropezarte en medio de una multitud, el equivalente de responder el saludo de una persona a lo lejos siendo que en realidad el saludo de la persona iba dirigido a un sujeto detrás tuyo, el equivalente de encontrarte con alguien con quién deseaste ver nunca más pero que en algún momento estimaste, el equivalente de que te estafen: el equivalente de que te vendan gato por liebre.
Me gusta echarle la culpa a la primavera, sí. Una estación del año en que las hormonas se agitan más de lo común y nos mandan a hacer cosas muy diferentes a las que se esperan de un animal racional, una estación que nos pone sentimentalmente cursis y sexualmente depredadores. Por más de alguna razón (y no podría estar más seguro de que son más de las que creo o aparento creer) he tenido problemas sentimentales en estas fechas. Es casi ley constitucional que en septiembre esté soltero. Es hueá de ver mi historial y se verá que con todas mis parejas tuve problemas durante los Septiembres (daría los ejemplos correspondientes, pero no vale la pena). Escribo esto con un poco de rabia, si, y nuevamente quiero echarle la culpa a la primavera,  que me mantiene enfocado en temas emocionales y sentimentales que nuevamente, no valen la pena.

Alguna reflexión? sí: Odio que me mientan, incluso más de lo que odio que me cambien los planes a ultimo momento. Sean mentiras pequeñas o grandes, están traicionando mi confianza, y que actúe como si creyera todo lo que me dicen, es otro cuento aún más complejo. Empezaré a cortar las cuerdas que me unen con la escoria humana que arrastro en mi camino, no lo aguanto más.


Tenía ganas de escribir algo, y para mal de males, fue en Septiembre.

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