lunes, 21 de noviembre de 2011

Noches de una extraña soledad.



¿Haz sentido cuando la vida consta solo en fumar un cigarro por la noche, y dejar que las cosas fluyan por su cuenta?
Sentir ese delicioso sabor de la vida caminante pasando por delante, que no somos criminales de ni una injusticia que lo valga.
Es como un susurro en el oído, que llama al descansar inconcebible, que llama a la prohibida felicidad eterna.
las estrellas son el mantel de una ceremonia lejanamente ajena, pero cálida y afectuosa para los recién llegados este ultimo milenio.
Una vez mas, este escenario nocturno no necesita de luces ni audiencia para que muestre sus mejores espectáculos.



He aprendido tanto respecto a la vida este último tiempo, que me siento prácticamente otra persona.

creo que lo llaman madurar, eh?

No hay comentarios:

Publicar un comentario